Es la primera baraja nacida como auténtico juego, con ganadores y perdedores, no como cartas para instruir a los niños como los naibis. Las cartas del tarot y el juego que lleva el mismo nombre han originado la variedad infinita de juegos que nos han llegado hasta hoy.
En el s. XIV y durante algunis siglos después, prácticamente el único juego difundido era el tarot, cuya baraja tenía 78 cartas, llamadas también arcanos, subdivididas en dos grandes grupos: mayores o triunfos y menores.
Los arcanos mayores son 22 cartas, todas numeradas, excepto el Loco, que se considera un comodín ( de hecho de ahí nace lo que entendemos como comodín). Los arcanos menores son las otras 56 cartas divididas en 4 grupos o palos de 14 cartas cada uno. Los palos tienen su origen en el juego indio desavatara, que representa las encarnaciones de Visnú con peces, tortugas, jabalíes, leones, jarros, hachas, flechas, vacas, conchas, espadas o caballos. En Europa, antes de la unificación definitiva en copas, oros, bastos y espadas, o corazones, diamantes, tréboles y picas, aparecen palos de varios tipos. Hay muchas explicaciones de por qué se eligió esta simbología; se dice que las copas ( cáliz ) representa al clero, las espadas a los nobles, los oros a los comerciantes y los bastos a los campesinos
Los juegos de naipes aparecidos después del tarot establecieron una división tajante entre arcanos mayores y menores, en el sentido de que los arcanos mayores no encajaban en las cartas del juego y eran casi exclusivamente cartas adivinatorias.
Otro día seguiremos con la historia de la cartomancia y hablaremos sobre el "libro de Toth", el I-Ching y sobre el lenguaje de los símbolos.
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